Hace unas pocas semanas, Mireia Muñiz, CEO de Yuït, se embarcó en una experiencia que consistía en un retiro espiritual en la provincia de Valencia, exactamente, en la Sierra de Mariola.
Fue allí donde se le presentó la oportunidad de probar la alimentación macrobiótica. Le resultó tan interesante que, una vez terminado el retiro, decidió continuar con la dieta para ver qué cambios se producían en su cuerpo, tanto a nivel interno como externo.
Ahora que ya ha pasado un tiempo considerable, Mireia ha querido compartir su vivencia relacionada con esta dieta y explicar en qué se fundamenta y cómo le está funcionando a ella.
La alimentación macrobiótica se basa en la consecución del equilibrio (cuerpo, mente y alma) a partir de los principios del Ying y el Yang. Los alimentos “ideales” son los que pertenecen a la parte del Yang, aun así, la ideología explica que, aunque sea en menor medida, hay que contrarrestar esa primera parte con el Ying, y así lograr el esperado equilibrio.
La parte de alimentación Yang se apoya principalmente en cereales integrales, algas, legumbres o pescados y mariscos. Por otro lado, el Ying se fundamenta en ciertos alimentos de origen animal y derivados, conservantes, procesados, especias, algunas frutas y tubérculos.
Se trata de una dieta restrictiva/limitante, hay algunos productos que están prohibidos, como lo son: la carne roja, los azúcares y los lácteos. Otros alimentos que no se anulan completamente de la dieta, pero sí hay que restringir su consumo son: los huevos, el pescado y las aves.
Como protagonistas de este tipo de comida, nos encontramos todos los productos de temporada, de cercanía y sobre todo ecológicos. El pensamiento de esta metodología alimenticia consiste en que “la naturaleza pone a nuestra disposición aquello que necesitamos para sentirnos bien en el momento y lugar en el que nos encontramos”.
Experiencia personal
En el caso personal de Mireia, los cambios que ha podido percibir han sido varios. Estos son algunos de ellos:
- Sensación de bienestar generalizado. Muchas más energía al despertar que, además, se mantiene a lo largo de todo el día.
- Digestiones mucho más ligeras; puede fácilmente realizar cualquier tipo de actividad física después de comer.
- Mejora notable de los niveles de concentración.
- Cierta pérdida de peso.
- Leve aparición de acné los primeros días, que ha terminado por desaparecer.
Ella particularmente, antes de comenzar con la comida macrobiótica, llevaba una dieta sin azúcar y alta en grasas.
Un hecho muy relevante que destaca Mireia es, que hay que tener en cuenta el “punto de partida de cada persona”. Dependiendo de tu organismo, tus hábitos previos y de toda tu situación en general, seguramente, notes unos cambios u otros. Cada individuo es diferente, por tanto, la manera en la que influye la dieta macrobiótica en cada uno, también.
Desde Yuït, os anima a probar este tipo de comida y a experimentar los beneficios que ofrece. ¡Canalizar las energías, lograr el equilibrio y por encima de todo, hacer que las personas se sientan mejor es su misión principal!
Podéis encontrar los 2 vídeos completos de Mireia hablando del tema en nuestra cuenta de TikTok: @yuit_es
